Pensando cómo hubiera sido mi funeral

Quizá suene tonto para alguno de los que me lee, pero cada vez que visito el hospital donde casi muero, mi mente se pone inquieta, y surgen recuerdos nuevos, y sentimientos, que en teoría, ya estaban superados.

El día de ayer, acudí a consulta ahí, y al pasar por la cafetería recordé esos panes, que evidentemente yo no comí, pero que mis amigos y familia que pasaban horas y horas velando por mí, degustaban. Y recordé que alguien de ellos me dijo que de mi estancia hospitalaria era lo que valía la pena en esos días.

Así que ni tarda ni perezosa compré un par de esos panes, una especie de rol de canela glaseado, uno para cada uno de los amigos que todos los días están a mi lado, y que vivieron esta etapa junto a mí.

Hoy al despertar, después de haber soñado con un feto en crecimiento, se incrustó en mi cabeza la incógnita de cómo habría sido mi funeral de haberse concretado, y así es como lo imagino:

Todos los asistentes vestidos de colores alegres, pues está prohibido vestir de negro durante mi muerte, puesto que deseo que se celebre mi vida y no se lloré mi partida. Me imagino a mi madre rezando el rosario, y a mi vieja mi amiga del alma buscando la manera de que se escuche algún rezo judaico que de consuelo a mi alma que ya hace fuera de ese cuerpo postrado en una plataforma que lo contenga, envuelto en un lienzo de lino, sin caja o ataúd. Tan sólo la desnudez de mi cuerpo cubierta por esas telas que ayuden a que mi cuerpo se disuelva más rápido bajo el árbol de mamey de la casa de Mérida.

Y en el momento donde se empiezan a contar chistes, alguien recordaría mi pésimo chiste del cucudrulu, porque a todos los que conozco se los he contado alguna vez, de no ser así no te aprecio lo suficiente jajajajaja. E imagino a mi padri, mi hermano, amigo, cómplice, confidente y acompañante de andadas verificando que no exista un olor desagradable en el lugar, porque así lo hubiera querido, que mi funeral huela a perfume, ese de rosas que es mi favorito y que sólo utilizo cuando el corazón está dispuesto a amar.

Me imagino, a la mayoría riendo de todas las estupideces que de manera espontánea y cotidiana acompañan mí día a día. Pero también temo un poco por aquellos que gozosos de mi partida puedan acudir para decir que bueno que se fue. Porque esas personas de seguro me conocieron en esa etapa de mi vida donde no fui la más bella persona del mundo, sí esa en la que cuando quise intentar salir con un feo lo vi a la cara mientras se acercaba su horrendo rostro al mío para besarme, y con una carcajada simplemente dije lo siento eres muy feo no te puedo besar jajajajajaja, de seguro él no habría ido a mi funeral.

Pero de igual manera estarían las personas que más me han amado, y que por su generosidad han sido parte importante de mi vida. Y en ese aspecto sé de sobra quienes sí estarían ahí, pero me pregunto si mis viejos amores acudirían, lo más seguro es que no. Y sé que los extrañaría, así como también sé que si me hubiera muerto el año pasado, no tendría viudo que me llorara, al igual que si me muero ahora jajajajajaja

Sé que de seguro les jugaría alguna broma aún ya estando muerta jajajaja sería tan divertido verlos asustarse jajajajajaja. También creo que si hubiera pasado mi funeral, no sería capaz de soportar el sufrimiento de mi madre, quien en toda su vida sólo ha demostrado ser un roble de esos que no se vencen ni con el tiempo, ni con la adversidad. Quizá los demás con el tiempo me olvidarían, no hubiera dejado prole que me llorara ni que me recordara al paso de los años, y de generación en generación mi nombre se borraría de sus historias.

No he hecho cosas grandes ni extraordinarias en la vida, tan sólo vivir y amar, no soy de esas personas que llegan a la cima empresarial, ni de las que descubren o inventan algo que cambia el rumbo de la humanidad, tan sólo soy una especie de piojo blanco que deambula por el mundo como si éste fuera una gran cabeza por la cual andar.

En mi funeral nadie pelearía mis propiedades mundanas, pues carezco de ellas jajajajajaja es la ventaja de no tener nada más que lo indispensable así no se heredan pleitos por lo ajeno. También pienso que en mi funeral se escucharía música pop de los noventa, y música de los años 40, y un poco de jazz. Y ahí junto al Jesuscristito que mi madre pondría en mis manos tendría mi colgante de mezuzah, en mis pies estaría mi libro de salmos y mi biblia. Y sé que a alguien se le hubiera ocurrido prender incienso de rosas.

Mi funeral hubiera sido una fiesta, donde se celebrara cada uno de los días que no viví ni disfrute mientras esperaba a que fuera el momento de hacerlo, porque crecí viendo la vida detrás de una ventana, esperando a crecer para salir, esperando a estudiar para trabajar, esperando a trabajar para viajar, esperando a envejecer para disfrutar…eso hubiera sido si me hubiera ido antes.

Ahora ya no sería así, ahora vivo a cada instante, a cada momento, no planeo la vida tan sólo voy con ella, me tomo de la mano de Dios y dejo que él me lleve a los lugares que debo estar. Ya no espero a que pasen las cosas, tan sólo las vivo.

Mi funeral hubiera sido una mezcla extraña de dolor y felicidad, de llanto y risas, de olores y sonidos, de amor y desamor, de hermandad y amistad, de amores imposibles y presencias fantasmales, de vivos acompañados de muertos que están presentes junto a mí. Mi funeral hubiera sido una mezcla extraña, al igual que lo soy yo.

 

Acerca de AntonietaPacheco

Pienso en "blog" alto, reflexiono sobre lo vivido, aunque no sea sobre lo propio, ni vivido por la propia, pero lo vivido sí se apropia! Así que a pensar en "blog" alto dejando fluir los pensamientos que se transforman en líneas, aunque no siempre rectas, paralelas, bien trazadas, la mayoría de las veces líneas llenas de espacios, suspiros, sueños y pocos trazos
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